La importancia del biogás y el biometano en el marco energético europeo

En un entorno cada vez más comprometido con la lucha contra el cambio climático, la transición hacia fuentes de energía renovables se ha convertido en una prioridad. Dentro de las distintas alternativas para impulsar la descarbonización del planeta, encontramos la metanización, un proceso que convierte la materia orgánica en biogás a través de la digestión anaeróbica y que se perfila como una solución innovadora. Y es que, la importancia de esta tecnología destaca, además de por su capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, por su potencial para integrar los principios de la economía circular al aprovechar los residuos orgánicos como un nuevo recurso energético.

Según un reciente informe de la European Biogas Association (EBA), la producción tanto de biogás como de biometano en Europa tiene la capacidad de cubrir más del 30% de la demanda total de gas de la UE para el año 2040. Este estudio, además, resalta que, a medida que Europa avanza hacia la neutralidad climática para el 2050, el biogás jugará un papel fundamental en la descarbonización de sectores clave como el transporte, la industria o la agricultura. El informe también señala que cada vez hay más soluciones existentes para garantizar una gestión sostenible de los residuos, cerrando el ciclo de los nutrientes y reduciendo la dependencia de fertilizantes sintéticos. Sin embargo, para que esto se materialice, es necesario un esfuerzo entre las administraciones públicas, empresas y la sociedad en su conjunto para impulsar la inversión en infraestructuras, mejorar el marco regulatorio, fomentar la innovación tecnológica y, de este modo, impulsar el crecimiento de esta solución energética.

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