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Cómo el nuevo régimen de comercio de emisiones europeo ETS2 va a influir en el coste de la energía de las pymes.
A los ciudadanos españoles, incluyendo a los responsables de la mayoría de pequeñas y medianas empresas de nuestro país, la cuestión de los derechos de emisiones de CO2 les puede parecer una cosa lejana que solo afecta a las grandes industrias. Y, hoy por hoy, es así.
Sin embargo, las cosas van a cambiar radicalmente en toda Europa en muy pocos años. El pasado 11 de junio, el Gobierno aprobaba el proyecto de ley por el que se modifica la Ley 1/2005, que regula el régimen de comercio de emisiones de gases de efecto invernadero. Esta aprobación supone la entrada en vigor de un nuevo sistema de comercio de derechos de emisión que va a hacer que todos y cada uno de los que utilizamos energías fósiles estemos obligados a pagar por ello. Y, además, hacerlo de manera directa.
Hasta la aparición de este nuevo sistema, el pago de los derechos de emisión se limitaba a aquellas industrias que superaban los 20 MW de potencia térmica nominal, o, por decirlo de manera más sencilla, a aquellas que precisan de enormes cantidades de gas natural u otras fuentes de energía fósil para funcionar, como las cementeras, las papeleras o las refinerías de petróleo.
Aunque el cambio se anuncia ahora, se empezará a aplicar en 2027 por iniciativa de la Comisión Europea. Con el nuevo régimen de comercio de emisiones ETS2, cada vez que cualquier persona ponga en marcha la caldera deberá pagar la cuota que le corresponde por contaminar. Para ser más exactos, el usuario pagará a la comercializadora que le suministra la energía y esta se encargará de hacerle llegar este importe a la administración que lo recauda. Las comercializadoras están obligadas a empezar a monitorizar esos consumos, o, lo que es lo mismo, empezar a calcular cuánta energía de origen fósil consume cada uno de sus clientes.
Siendo importante el impacto que la medida pueda tener en el consumo doméstico, esta nueva regulación europea afectará de manera especialmente importante a la gestión energética de las pymes, ya que puede significar un desafío adicional en términos de costes operativos, especialmente si tienen una alta dependencia de fuentes de energía intensivas en carbono.
El coste para las pymes de la entrada en vigor del ETS2 puede variar dependiendo de varios factores, como el tamaño de la empresa, su sector de actividad y su nivel actual de emisiones de carbono. En general, se espera que las empresas que emiten grandes cantidades de carbono enfrenten costos más altos, ya sea a través de la compra de derechos de emisión adicionales o mediante inversiones en tecnologías más limpias. Y se ha previsto un precio tope de 45 euros/ton CO2 + inflación.
Con esta previsión, y tomando como ejemplo unas emisiones sobre 1.000 MWh/año, que equivalen a 185 toneladas de derechos de emisión, el coste sería de 8.500 euros, lo significaría incrementar la factura energética en 8,5 euros/MWh
Esta apuesta por la descarbonización también puede ser una oportunidad para que las pymes inviertan en tecnologías más limpias y sostenibles, lo que a largo plazo puede resultar en ahorros y una mayor competitividad en el mercado. De este modo, el impacto del ETS2 en las pymes dependerá de cómo se adapten a las nuevas regulaciones y aprovechen las oportunidades de transición hacia una economía baja en carbono.
La nueva norma crea un marco nuevo, en el que en 2027 dejan de existir los derechos de emisión de CO2 gratuitos y todos los consumidores, desde el ciudadano que enciende la caldera hasta la gran industria cementera, pasando por el supermercado de la esquina, han de acceder a ellos a través de las subastas de estos derechos, aunque sea a través de la intermediación de las comercializadoras.
Obviamente, vamos a pagar más y, casi con toda seguridad, a contaminar menos a medio o largo plazo. En cualquiera de los casos, las pymes van a tener que planificar su gestión energética, de la mano de expertos que puedan orientarles para enfrentar esta situación y continuar siendo competitivas mientras avanzan a la descarbonización.