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El metano y el hidrógeno verdes son vectores energéticos con muchas aplicaciones y pueden obtenerse de fuentes subutilizadas. Su producción y uso fomentan una economía circular, reducen emisiones, mejoran la gestión de residuos e incrementan la eficiencia de recursos. En este escenario, el proyecto All-to-Gas propone un enfoque integrador en la producción y gestión de ambos gases.
D. Hidalgo Barrio, J.M. Martín-Marroquín, D. Díez y A. Urueña CARTIF Centro Tecnológico, Área de Economía Circular, Boecillo (Valladolid)
Tanto el metano verde como el hidrógeno verde son dos gases que están teniendo una fuerte presencia en el escenario energético actual. Ambos tienen un origen renovable, y su formación puede estar asociada a procesos de captura y almacenamiento de CO2, uno de los principales objetivos de nuestra sociedad en la lucha contra el calentamiento global.
El metano y el hidrógeno renovables pueden “reverdecer” el sector industrial, y pueden hacerlo juntos, ya que el metano verde tiene la capacidad de ser utilizado directamente como sustituto del gas natural, o puede ser utilizado como almacenamiento químico temporal de hidrógeno para producir este gas cuando sea necesario a través de procesos de reformado. Por otro lado, el hidrógeno puede, a su vez, ser utilizado directamente como fuente de energía o transformado en metano mediante la reacción con CO2.
Esto abre una ruta de doble sentido que conecta ambos gases renovables, y puede ayudar a hacer el modelo energético industrial más flexible. Pero el éxito en el uso de hidrógeno y metano verdes estará necesariamente ligado a favorecer la producción de ambos vectores energéticos utilizando recursos locales, como la biomasa (entendida en sentido amplio, que incluye residuos biodegradables) o residuos no reciclables (como textiles o algunos plásticos).
El éxito de estos gases renovables también está relacionado con la aplicación de la tecnología más adecuada en cada momento. El desarrollo tecnológico es esencial para aumentar la eficiencia de los procesos de generación de gas renovable, reducir el tamaño de los equipos o suavizar las condiciones de operación para lograr mayores niveles de sostenibilidad y facilidad de uso.
Además, una vez producidos, ambos gases deben poder ser fácilmente distribuidos para que lleguen al usuario final de la misma manera que, por ejemplo, el Producción integrada de hidrógeno y metano con biomasa y residuos El metano y el hidrógeno verdes son vectores energéticos con muchas aplicaciones y pueden obtenerse de fuentes subutilizadas.
Su producción y uso fomentan una economía circular, reducen emisiones, mejoran la gestión de residuos e incrementan la eficiencia de recursos. En este escenario, el proyecto All-to-Gas propone un enfoque integrador en la producción y gestión de ambos gases.
Aunque la infraestructura de gas actual puede ser utilizada para una mezcla de gas natural y metano verde (o para 100 % metano verde) sin necesidad de adaptaciones técnicas importantes siempre que se cumplan las especificaciones de calidad del gas, se aplican limitaciones técnicas estrictas para las mezclas con hidrógeno. Por lo tanto, las redes existentes solo pueden ser utilizadas para transportar mezclas de gas natural e hidrógeno hasta cierto límite.
Para porcentajes más altos, o para el transporte de 100 % de hidrógeno, se requieren modificaciones técnicas y/o nuevas infraestructuras, lo que retrasará el uso generalizado de este gas. En este escenario surge el proyecto All-to-Gas, que pretende sentar las bases para un modelo energético industrial basado en el uso sinérgico de metano e hidrógeno verdes generados a partir de biomasa o fracciones residuales, investigando tecnologías clave que pueden facilitar este cambio de paradigma