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Uno de los más importantes retos universales, la transición ecológica, se está materializando definitivamente. La globalización de esta transición no se refiere únicamente al ámbito geográfico, sino que alude también a la fuerte transformación económica y social que conlleva, así como a la amplitud de áreas vinculadas a ella. Entre estas múltiples áreas, no cabe duda de que las energías renovables se perfilan como un notable aliado de esta transición. Y la normalización está impulsando su desarrollo.
El progreso de la transición ecológica se enfrenta al incesante crecimiento del consumo energético, en especial de energía eléctrica, que ha llegado a duplicarse en las últimas décadas en los países en desarrollo. En las áreas más avanzadas, el aumento de la demanda eléctrica es mucho más moderado, pero el cambio de modelo – a las grandes centrales eléctricas convencionales conectadas a un número reducido de puntos de conexión de red se ha sumado un número mayor de plantas eléctricas medianas y pequeñas – ha resultado en una necesidad de modernización del diseño e infraestructuras de la red eléctrica. No obstante, existe un denominador común entre la mayoría de los países: la concienciación sobre la importancia de la cooperación internacional en materia de transición energética.
La Unión Europea tiene entre sus principales metas una reducción del 40% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2030, para llegar en 2050 a la denominada “neutralidad climática”. Estos objetivos solo se pueden conseguir a través de un proceso de electrificación de la economía, es decir, la sustitución progresiva de combustibles fósiles por energía eléctrica en todos los sectores: industria, transporte y edificación. Evidentemente, esto repercutirá en la demanda de electricidad. Las fuentes convencionales nos devuelven el problema de las emisiones contaminantes, de manera que las renovables se perfilan como la solución más eficiente y rentable para la culminación de este ambicioso plan. Así, dado que el incremento de demanda energética es mayoritariamente de energía eléctrica, y que caminamos hacia la electrificación masiva, conviene prestar atención, dentro del conjunto de energías renovables, a aquéllas destinadas a producir energía eléctrica.