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El reciclaje de residuos electrónicos (RAEE) y de pilas y baterías es un sector con gran potencial de crecimiento y cuya contribución a la modernización de nuestra economía no tiene techo por el momento, según constata nuestro II Informe Anual sobre las tendencias en esta industria.
En el crecimiento de este nicho de actividad serán fundamentales los conocidos como “nuevos residuos”, entre ellos los paneles solares, cuyo volumen no dejará de aumentar en los próximos años como resultado del proceso de descarbonización de nuestra economía.
En líneas generales, la segunda edición del estudio, publicada en noviembre de 2021, concluye que la demanda de aparatos electrónicos y de pilas no deja de crecer pase lo que pase, incluida la crisis sanitaria. Consecuentemente, también lo hace la necesidad de su gestión al final de su vida útil, más aún en un entorno en el que el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático se revelan como ineludibles.
En concreto, según los últimos datos disponibles, en 2020, se comercializaron 747 millones de aparatos, un 1,8% más que en 2019 y el equivalente a 1.042.000 toneladas. Igualmente, el informe muestra que la puesta en el mercado de aparatos de uso doméstico creció un 5,4%, impulsada por el incremento del teletrabajo y del ocio en el hogar. Destaca, especialmente, el fuerte repunte de monitores y pantallas (+27,4%), así como de aparatos pequeños de informática y telecomunicaciones (+24,2%).
Frente a ella, la demanda de aparatos profesionales decreció un 9,5% respecto a 2019, fundamentalmente por una menor actividad empresarial y el cierre masivo de oficinas. En este sentido, los dispositivos profesionales han representado el 21,6% del total de aparatos puestos en el mercado el año pasado, un 2,7% menos que en 2019.