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La crisis climática es indudable; se requiere un cambio en nuestros hábitos de consumo como camino correcto para cuidar del medio ambiente. Entre otras soluciones, el coche eléctrico se posiciona como un elemento de movilidad más sostenible que el actual automóvil, cuyas fuentes de energía provenientes del petróleo son altamente contaminantes.
El uso de una movilidad eléctrica está generalizándose con nuevas ofertas de las empresas fabricantes de automóviles; de nuevas ayudas administrativas que subvencionen la adquisición de estos coches eléctricos; y, obviamente, de la instalación de puntos de carga para el coche eléctrico, como las Soluciones Ofitec.
Los vehículos con motor que se impulsan a través de los combustibles fósiles están muy vigentes, pero, cada vez, son más los usuarios que apuestan por comprar un coche híbrido o completamente eléctrico. El sector del automóvil aún tiene mucho camino que recorrer en esta transformación de negocio, pero son los abanderados de ese cambio de tendencia hacia hábitos más sostenibles. En consecuencia, aquellas personas que ya conduzcan un coche híbrido o eléctrico están contribuyendo a una mejora de todo el planeta Tierra. Y no sólo únicamente porque han abandonado la opción de reportar en los servidores de diésel o gasolina. Hay otra serie de beneficios medioambientales a los que están contribuyendo.
Cero emisiones: el aire que se respira en las ciudades está muy contaminado a consecuencia, entre otros factores, de los gases que desprenden los tubos de escape de los coches. El uso de un coche eléctrico contribuye a alcanzar el objetivo de cero emisiones. Asimismo, muchos ayuntamientos están permitiendo que estos coches circulen por cualquier tipo de vía.
Ahorro económico: sabemos que la electricidad no está barata, pero sí que hay puntos de recarga que son gratuitos y esto supone un ahorro en comparación a los precios de los combustibles. Además, el coche eléctrico está preparado para un mejor aprovechamiento de toda la energía en comparación a un coche con un motor de combustión. Digamos que se obtiene una mayor eficiencia de las prestaciones del motor. Y esto hace que el consumo sea menor.
Sin ruidos: el uso de un coche eléctrico también repercute en el descanso de los ciudadanos. Este tipo de vehículos no genera el habitual ruido que se escucha en los coches tradicionales. Se reduce así la denominada contaminación acústica.
Menor uso de líquidos contaminantes: a diferencia del mantenimiento que debe hacerse en los coches tradicionales, en un vehículo eléctrico se emplean menos líquidos refrigerantes o aceites en su mantenimiento. Y esto también es ser sostenible con el medio ambiente.
Menos averías: los coches eléctricos suelen tener menos averías al tener un menor número de elementos que estén expuestos al deterioro por el uso. Esto no sólo ayuda al bolsillo del ciudadano, sino que se evita el uso y fabricación de otros componentes que pueden ser contaminantes.
Seguros con menos coste: sí, otro ahorro económico se encuentra en la contratación de un seguro, el cual resulta más barato al ser recompensado el contratante por su contribución con el medio ambiente. Las empresas aseguradoras también buscan ser sostenibles.