Empresas Premium
Con un nuevo récord, más de 3.233 MW instalados el año pasado, junto con los que logró el autoconsumo (1.203 MW), hicieron del ejercicio pasado el mejor año de la historia en potencia instalada fotovoltaica en España. Además, según datos oficiales de Red Eléctrica de España, la tecnología solar fotovoltaica sumó a mediados en febrero 15 GW de capacidad instalada, concretamente, 15.098 MW.
La sociedad comienza a percibir que la energía solar fotovoltaica es la más competitiva y la más sostenible en términos ambientales y socioeconómicos. Además, su modularidad la dota de una capilaridad social que ninguna otra tecnología es capaz de alcanzar, a lo que se suma su simplicidad técnica. Sin contar que las horas de radiación en España junto a la disponibilidad de territorio, que pueden dar a la industria española una competitividad en el precio de la energía eléctrica difícil de igualar.
La industria, en general, tiene un doble protagonismo en el desarrollo de la fotovoltaica en nuestro país. Por un lado, se puede beneficiar de que la energía solar abarata los precios de la electricidad, consiguiendo considerables ahorros en su factura energética. Por otro, el sector puede beneficiarse de la reindustrialización y contribuir a la recuperación económica del país. La pandemia del COVID y la crisis de Ucrania han puesto sobre la mesa la necesidad de contar con una estrategia de reservas industriales que garantice que no haya desabastecimientos en los mercados. Hecho más importante cuando estamos hablando de producir energía. Igual que antes hablábamos de reserva estratégica de petróleo ahora deberíamos hablar de reserva estratégica de producción de paneles solares.
Tanto en cuanto a consumo de energía como a producción, y con ello toda la cadena de valor de la solar. No es partir de cero, alrededor del 60% de todos los componentes que se necesitan para instalar una planta se pueden fabricar en España. Podríamos ser un hub fotovoltaico. No hay que perder esta gran oportunidad.