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Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Huelva, con estudios de postgrado en Asuntos Públicos en la Universidad Pontificia Comillas y en Emprendimiento Corporativo en la Universidad de Deusto, Manuel Domínguez ha construido toda su trayectoria profesional en torno a la gestión de residuos. Director General de Repacar, organización a la que se incorporó hace más de una década, Domínguez explica en esta entrevista el trabajo de la organización y la labor que desarrolla. "Trabajamos para eliminar barreras y que se tengan en cuenta en todo momento las necesidades de nuestro sector".
¿Nos puede explicar con brevedad qué tipo de trabajo desarrolla Repacar?
Repacar representa y defiende los intereses de las empresas del sector de la recuperación y el reciclado de residuos de papel y cartón. Iniciamos nuestra actividad como entidad sin ánimo de lucro en 1968 y, a lo largo de estos más de 54 años, nos hemos mantenido en primera línea apoyando al sector y siendo un elemento clave para su desarrollo.
A nivel sectorial, actuamos como interlocutor ante la administración pública, organismos estatales, organizaciones sindicales, partidos políticos e instituciones nacionales e internacionales; trabajamos activamente para crear las condiciones que fomenten la actividad de las empresas asociadas; analizamos los problemas y buscamos soluciones; potenciamos el reciclaje de papel y cartón; damos visibilidad a la industria…
Pero no solo eso, ya que una parte muy importante de nuestra actividad se encuentra enfocada en impulsar y especializar la actividad profesional de nuestros asociados. Y lo hacemos, entre otras cosas, ofreciendo formación, generando información de interés, buscando puntos de mejora para su día a día e incluso ofreciendo soluciones tecnológicas que mejoren su competitividad como Valora, una herramienta creada por nosotros con el objetivo de que nuestros asociados mejoren la trazabilidad y la calidad del material en sus plantas.
¿Cuáles son los principales objetivos que busca la asociación?
Nuestro principal objetivo como asociación es impulsar el crecimiento sostenible de nuestros asociados y situar al sector de la recuperación y el reciclaje en el eje de la economía circular. Algo que realizamos a través de diferentes acciones y actividades como las ya mencionadas.
Trabajamos para eliminar barreras – que no son pocas – y para que la voz del sector se escuche y se tengan en cuenta sus necesidades. Algo fundamental, sobre todo, en momentos clave como este que estamos viviendo en el que nos encontramos a la espera de normativas tan cruciales para nosotros como son la nueva Ley de residuos y suelos contaminados y el Real Decreto de envases y residuos de envases.
¿Qué tipología de empresas forman parte de Repacar? ¿Con qué número de empresas cuenta la asociación?
Actualmente entre nuestros asociados se encuentran 115 empresas españolas del sector de la recuperación y el reciclado de residuos. Entre ellas hay empresas de todo tipo: desde pymes y micropymes, hasta grandes grupos. Si lo traducimos en cifras estas 115 empresas crean 6.053 empleos directos y 18.150 indirectos, y facturan anualmente alrededor de 2.280 millones de euros. Y no solo eso, ya que el nuestro es un sector esencial para el buen funcionamiento social. Lo cual, se puso de manifiesto en los primeros meses de la pandemia cuando nuestras empresas continuaron abiertas y trabajando pese a todas las dificultades.
Con todo esto, es innegable el valor que aportan nuestros asociados a la economía española y la necesidad de que estas cuenten con una asociación fuerte que sea capaz de defender sus intereses. Y para eso estamos nosotros. Para llegar a donde ellos de manera individual no pueden.
¿Cómo observa en este momento la situación del sector al que representan, el de recuperación y reciclado de residuos de papel y cartón?
Cerramos 2021 con la balanza de la demanda y la oferta desestabilizada. Asimismo, la composición del material que está entrando en nuestras plantas ha cambiado, debido a la caída de los papeles gráficos y al aumento del comercio electrónico, lo que ha obligado al mercado a readaptarse. Y es en este punto en el que también surgen nuevas oportunidades. Antes el reciclado era homogéneo, pero ahora existen diferentes tipos de productos, subproductos… que van surgiendo y que ofrecen un tipo de valor diferente a nuestro material.
Recordar que para afrontar estos nuevos retos y convertirlos en oportunidades es fundamental avanzar en la calidad del material recuperado. Los ciudadanos cada vez están más comprometidos, pero las administraciones deben ponérselo fácil y ampliar el nivel de contenerización que implicaría una mejora en la recogida y, con ello, una mejora en la calidad del papel recuperado.
Por tanto, estamos en un momento único para nosotros y de los pasos que emprendamos y de las decisiones que tomemos hoy dependerá la calidad del nuevo futuro que entre todos debemos construir.
Por otro lado, más allá de esta situación coyuntural, ¿cuáles cree que son los principales desafíos que afronta el sector?
Lo cierto es que tenemos bastantes retos por delante. Algunos los arrastramos desde hace tiempo como las trabas burocráticas. Desde Repacar, hace tiempo que venimos, reivindicando la necesidad de simplificar los trámites administrativos de la actividad cotidiana de los recuperadores y recicladores por parte de las Administraciones Públicas, evitando duplicidades y costosas cargas burocráticas para nuestros asociados.
Por otro lado, también resulta necesario mejorar la recogida selectiva. El incremento del contenido de impropios en el contenedor azul como, por ejemplo, baterías, provoca un riesgo exponencial de sufrir incendios en nuestras plantas. En este punto destacar que desde 2015 las pólizas han aumentado sus tarifas en un 270%, por lo que nuestras empresas encuentran verdaderos problemas para poder asegurar sus plantas, lo que hace indispensable avanzar en la calidad de nuestro material. De este modo, resulta imprescindible el compromiso de las administraciones con el aumento de la contenerización, así como la información ciudadana.
Asimismo, destacar que, para poder garantizar la competitividad del sector, tendremos que avanzar en el fin de la condición de residuo, así como trabajar en la defensa de la libre empresa y del libre comercio de las materias primas secundarias.
¿Qué análisis hacen desde Repacar de los cambios normativos que van a llegar al mercado?
Tenemos dos grandes normativas que llegarán próximamente. Ambas tienen como objetivo impulsar la economía circular en nuestro país y reducir así el impacto de la huella ambiental y por primera vez incorporan instrumentos fiscales en materia de circularidad. Se trata de dos normativas cruciales para el sector y de ellas dependerá en gran medida su evolución en los próximos años.
Por un lado, la nueva Ley de residuos y suelos contaminados, actualmente en tramitación parlamentaria, y que se votará en el Pleno del Congreso.
Por el momento, al no conocer el texto final, no podemos hacer una valoración completa de la norma. Si bien podemos afirmar que, tal y como se presentaba el texto inicial, había varios aspectos a mejorar. En este sentido, desde Repacar presentamos ante el Congreso de los Diputados nuestras propuestas de enmiendas en las que planteábamos la unificación de las tasas de vertido entre las comunidades autónomas, la libre elección entre operador público o gestor privado, la reducción de las cargas burocráticas y un mercado único en la gestión de residuos.
Por otro lado, tenemos el Real Decreto de envases y residuos de envases cuya tramitación no se prevé que finalice antes de la primavera de 2022. Entre las novedades de esta normativa que marcará el futuro del sector, se establece la extensión de la RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor), a los flujos de envases comerciales e industriales.
El concepto de economía circular forma parte del ADN de Repacar. ¿Cómo se traduce este concepto en el trabajo y el día a día de Repacar y de las empresas que forman parte de la asociación?
Si queremos dejar atrás el modelo económico lineal y dar el salto definitivo a la economía circular, es obligación de las administraciones aumentar la generación de materias primas secundarias para contribuir a la disminución de las emisiones de CO2. Nosotros no podemos hacerlo solos.
Nuestra industria es ejemplar y no lo decimos nosotros lo dicen los datos. En 2020, a pesar de la paralización económica, la tasa de recuperación aumentó casi tres puntos respecto al año anterior alcanzando el 66,9% (recogida de papel recuperado expresado en % sobre el consumo de papel y cartón). Nuestra industria afrontó con entereza una situación sin precedentes y evitó que se dejara de enviar a la atmósfera cerca de 5 millones de toneladas de CO2 en 2020.
Y esto fue posible porque en nuestro día a día incorporamos buenas prácticas y avances tecnológicos que nos permiten mejorar. Pero para que podamos seguir creciendo, necesitamos normativas a la altura y acciones que permitan a nuestras empresas ser más competitivas.
¿Qué conclusiones más importantes se pueden extraer del último Congreso de Reciclaje de Papel?
El Congreso fue todo un éxito. Tras un año sin poder celebrarlo debido a la crisis sanitaria poder volver a encontrarnos con tantos compañeros fue sin duda todo un privilegio. Conversamos mucho, analizamos retos, oportunidades y pusimos sobre la mesa aquellos aspectos a los que tenemos que prestar especial atención.
A nivel general una de las conclusiones más importantes fue la necesidad que tenemos como sector de mantenernos unidos y reivindicar nuestro lugar en ese nuevo futuro que está por construir.
Otra conclusión importante fue que en ese nuevo futuro tendrá a todas luces que primar la circularidad, ya que sin sostenibilidad ambiental no podrá haber sostenibilidad económica. Eso es algo que quedó muy claro y en lo que los representantes de las diferentes administraciones públicas incidieron.
Pero como dice la conocida expresión popular y que tan bien conocemos en sector, “el papel lo aguanta todo”, por lo que ahora habrá que analizar bien de cerca qué medidas concretas se ponen en marcha para que esto traspase el papel y se convierta en una realidad tangible. Lo sabremos muy pronto con las nuevas normativas.
De este modo, con el foco y todos los esfuerzos puestos en dar el salto a la economía circular, podemos decir sin equivocarnos que este es nuestro momento.