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La mejora de las prácticas de economía circular en el sector de la construcción es clave para aumentar la reutilización de materiales y el reciclaje de alta calidad.
Los residuos de construcción y demolición (RCD) constituyen el flujo de residuos más grande de la UE, ascendiendo a poco más de un tercio de la generación total de residuos en la UE. Un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente examina cómo las acciones inspiradas en la economía circular pueden ayudar a conseguir los objetivos de la política de residuos, es decir, la prevención de residuos y aumentar tanto la cantidad como la calidad del reciclaje de RCD.
El gran volumen y la naturaleza de los RCD los hace difíciles de gestionar, pero también presentan una oportunidad clara para implementar buenas prácticas de gestión de residuos de acuerdo con los principios de la economía circular. Según la Comunicación de 2015 de la Comisión Europea “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” , en lo que se refiere al volumen, la construcción y la demolición se encuentran entre las mayores fuentes de residuos en Europa, así como que muchos de estos materiales son reciclables o pueden volver a utilizarse, pero los índices de reutilización y reciclado varían mucho en la UE. También es importante destacar que, como resultado de la extracción, la fabricación de productos de construcción y la construcción misma, se generan cantidades sustanciales de emisiones de gases de efecto invernadero, el conocido como carbono incorporado. En este sentido, las evaluaciones nacionales iniciales muestran que el carbono incorporado a la construcción representa del 5-12% de las emisiones nacionales totales, por lo que las mejoras en la eficiencia de los materiales tienen un potencial significativo para reducir drásticamente estas emisiones.