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Director General y de Operaciones de Recyclia, Gabriel García explica en esta entrevista el trabajo que realizan las fundaciones medioambientales administradas por Recyclia: Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolum y Ecopilas. "Facilitamos a todos los actores de la cadena del reciclaje, es decir, ciudadanos, productores, instaladores y canal de distribución, una solución de acuerdo con la normativa medioambiental y, económicamente, eficaz, para que puedan canalizar adecuadamente sus residuos electrónicos, pilas y baterías, tanto de uso doméstico como profesional", explica García. "A través de las fundaciones medioambientales que administramos, gestionamos todas las categorías de residuos eléctricos y electrónicos", añade.
Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Ingeniería y Gestión Medioambiental por la Escuela de Organización Industrial. Comenzó su carrera profesional desarrollando proyectos medioambientales en distintos sectores y en 2005 se incorporó a ASIMELEC (Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica), desde la que se impulsó la creación de las fundaciones medioambientales actualmente administradas por Recyclia: Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolum y Ecopilas.
Actualmente, director general de Recyclia, reportando directamente a José Pérez, consejero delegado, cargo que compatibiliza con el director de operaciones, desde el que se encarga de desarrollar las operativas de gestión de los diferentes tipos de residuos.
¿Nos puede explicar brevemente en qué consiste el trabajo que realiza Recyclia?
Facilitamos a todos los actores de la cadena del reciclaje, es decir, ciudadanos, productores, instaladores y canal de distribución, una solución de acuerdo con la normativa medioambiental y, económicamente, eficaz, para que puedan canalizar adecuadamente sus residuos electrónicos, pilas y baterías, tanto de uso doméstico como profesional. El canal de distribución, los instaladores, las administraciones públicas y empresas privadas pueden solicitar a Recyclia la instalación de un contenedor, o la recogida de sus residuos almacenados, y la posterior recogida de los residuos, a través de nuestro sistema de información.
Nosotros, a través de transportistas de residuos autorizados contratados a este efecto, nos encargamos de su recogida en todas las comunidades autónomas y los trasladamos a plantas de tratamiento autorizadas donde son descontaminados y se recuperan los materiales reciclables. Además, llevamos a cabo campañas de concienciación dirigidas a los consumidores, con especial atención a la educación medioambiental de los más jóvenes, así como de información para colectivos profesionales sobre sus obligaciones y los procedimientos de actuación ante la entrega, por parte de los usuarios, de este tipo de residuos.
¿En qué áreas desarrolla Recyclia su actividad?
Si por áreas entendemos tipos de residuos, a través de las fundaciones medioambientales que administramos, gestionamos todas las categorías de residuos eléctricos y electrónicos establecidos en las normativas española y comunitaria, desde un teléfono móvil o un termostato hasta un escáner médico o una máquina expendedora, pasando por lámparas y rótulos luminosos. Además, en los últimos años, hemos puesto en marcha operativas específicas para paneles fotovoltaicos, consumibles de impresión y aparatos de electrónica profesional, cuyo reciclaje es obligatorio desde hace poco tiempo.
Por su parte, a través de Ecopilas, gestionamos todos los tipos de pilas y baterías que se comercializan en el mercado, incluidas las industriales y las que están ligadas a la movilidad eléctrica, ya sea la de un coche eléctrico, o las relativas a motocicletas o patinetes eléctricos, a pesar de que el volumen de éstas últimas es aún muy pequeño.
¿Cuál es la aportación fundamental de Recyclia al mercado de reciclaje y medio ambiente?
Recyclia ofrece el modelo más eficaz y viable, desde el punto de vista medioambiental y económico, así como el que goza de mayor aceptación social y con el respaldo institucional de la Comisión Europea, el Ministerio para la Transición Ecológica y administraciones autonómicas. Me refiero al modelo colectivo o la agrupación de productores e importadores de aparatos electrónicos y pilas que, sin ánimo de lucro, comparten esfuerzos y costes para mejorar la eficiencia en la logística de la recogida y el reciclaje de estos productos al final de su vida útil. Este modelo nos ha permitido reciclar 257.000 toneladas de residuos electrónicos y 30.000 de pilas, desde el inicio de nuestra actividad, antes incluso de que su reciclaje fuera obligatorio.
¿En qué proyectos más destacados a nivel europeo y nacional participa Recyclia?
El más destacado es CIRC4Life, perteneciente al programa europeo H2020. CIRC4Life estudia la viabilidad del desarrollo de nuevos modelos de negocio basados en la economía circular y enfocados en distintos segmentos, tales como la iluminación LED doméstica y profesional, tablets, productos vegetales y cárnicos. Concretamente, lideramos el desarrollo de un sistema de incentivos para favorecer entre los usuarios la reducción de la generación de residuos y su posterior tratamiento. Además, promovemos una prueba piloto de recogida de tablets mediante contenedores inteligentes en el País Vasco.
¿Cuáles fueron las principales cifras de recogida de RAEEs y pilas en el último año 2018?
En 2018, hemos gestionado un total de 49.757 toneladas de residuos electrónicos y de pilas y baterías, un 39% más que en 2017, lo que marca nuestro récord histórico. De este volumen, 43.544 toneladas correspondieron a residuos electrónicos y 6.213 toneladas a pilas y baterías, cifras que también establecen una marca histórica en nuestra trayectoria para ambos tipos de residuos.
¿Son optimistas sobre las cifras de recogida con vistas a 2019?
Esperamos continuar esta progresión gracias a diversos factores, tales como la mejora continua de nuestras operativas y su adaptación a la particularidad de cada tipo de residuo, a la disponibilidad en nuestro país de la mejor tecnología de tratamiento y a la cada vez mayor sensibilidad medioambiental de los ciudadanos y, en especial gracias a las nuevas generaciones de consumidores, quienes ya han asimilado la separación de residuos como parte de su día a día.
¿Cuáles son las exigencias de la Unión Europea que debe alcanzar Recyclia en cifras de reciclado en los próximos años?
A partir del 1 de enero de este año, los objetivos estatales de recogida se calcularán mediante una de las siguientes opciones: el 65% de la media del peso de los aparatos electrónicos introducidos en el mercado en los tres años anteriores o el 85% de los residuos generados, una vez que la Comisión Europea establezca la metodología para la estimación de estos últimos. Por el momento, la metodología utilizada por el Ministerio para la Transición Ecológica a la hora de establecer estos objetivos es la opción relativa al porcentaje sobre la puesta en el mercado.
¿Por qué es tan importante la recogida de residuos eléctricos y electrónicos y pilas, y qué proceso de gestión desarrollan para su reciclaje?
Es importante porque todo residuo electrónico que se trata de forma responsable representa fundamentalmente una triple oportunidad: para preservar nuestro entorno, ahorrar energía y recursos naturales y generar empleo y crecimiento económico. Es decir, trasladado a la práctica y según datos de la Unión Europea, si se recogiera el 95% de los teléfonos móviles en desuso sería posible ahorrar más de mil millones de euros en costes de materiales para su fabricación.
En lo que se refiere al proceso de gestión, una vez retirados de los puntos de recogida que integran nuestra red, los residuos son trasladados a centros de almacenamiento temporal y desde allí a plantas de tratamiento. En ellas se procede a clasificar los residuos según su categoría y a retirar los materiales potencialmente contaminantes (condensadores, metales pesados, plásticos bromados, mercurio, etc.), que son enviados a gestores autorizados para su correcto tratamiento. Una vez descontaminados, se procede a la extracción de los materiales aprovechables, como metales o plásticos, reciclando así estos residuos a través de un proceso industrial de triturado y molienda que facilita la recuperación de estas materias primas.
Los diferentes componentes de los residuos eléctricos y electrónicos, ¿desarrollan una nueva vida? ¿Se puede considerar el proceso de su reciclado un buen ejemplo de economía circular?
El reciclaje de residuos electrónicos es economía circular debido a que la gran mayoría de las materias primas con las que están fabricados, algunas de ellas críticas por su escasez, pueden recuperarse y reutilizarse. Es lo que en el sector del reciclaje llamamos la minería urbana o del siglo XXI.
Un buen ejemplo son los cartuchos de tóner, considerados aparatos electrónicos tan solo desde el pasado 15 de agosto y, por tanto, de gestión obligatoria para sus fabricantes. A pesar del poco tiempo transcurrido, la tecnología de reciclaje actual ya es capaz de reciclar un porcentaje muy alto de los materiales que constituyen un cartucho de tóner. Así, un kilo de cartucho de tóner reciclado permite recuperar 442,4 gramos de plástico, 387,3 de hierro, 129,3 de polvo de tóner y 41 de aluminio.
¿Qué aspectos normativos influyen más en la actividad de Recyclia y de sus empresas asociadas?
Este es un sector tremendamente regulado tanto a nivel nacional como comunitario. Como comentaba, la normativa nacional en esta materia nos obliga a cumplir unos objetivos de recogida que son exigibles a nivel autonómico. Para una mejor trazabilidad y control, la normativa identifica a los diferentes actores -productores, sistemas colectivos, establecimientos comerciales, operadores de venta online, plantas de tratamiento, etc., y establece las obligaciones de información y gestión de cada uno de ellos. Además, yendo incluso un paso más allá de la Directiva europea, la normativa española contempla la reutilización de ciertos aparatos desechados en porcentajes mayores que la normativa europea.
¿Se sienten respaldados desde las diferentes Administraciones en su trabajo diario?
Sí, como ya he comentado nos sentimos respaldados por las administraciones, desde las instituciones comunitarias hasta las autonómicas, que han convertido la gestión de los residuos en una prioridad, por su importancia en la transición hacia una economía circular.
Afortunadamente, tras unos años de una percepción distorsionada de nuestra actividad, los sistemas colectivos somos identificados como el instrumento más eficaz para financiar la recogida selectiva y el reciclaje y nos reconoce como agentes cualificados de la economía circular. De hecho, la Dirección de Medio Ambiente de la UE aboga por extender este modelo a todos los estados miembros.
¿Cuáles son en su opinión los principales retos de Recyclia en el medio y largo plazo?
Fundamentalmente, alcanzar el objetivo obligatorio de recogida que ya he mencionado en todas las categorías de aparatos electrónicos. Para lograrlo hemos de ser capaces de consolidar el reciclaje electrónico en España, una actividad que, a pesar de ser obligatoria tan sólo desde 2005, ya se ha convertido en un barómetro capaz de definir el grado de competitividad y de bienestar de un país. En este sentido, seguiremos informando sobre el papel fundamental de los consumidores en el reciclaje de los residuos electrónicos y exigiendo al resto de actores una mayor responsabilidad para atajar situaciones que debilitan nuestro sector, como los robos en puntos limpios, la canibalización de los aparatos para extraer los materiales valiosos o su exportación ilegal a países carentes de infraestructuras adecuadas para su tratamiento.