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Existe en la actualidad un gran interés en la obtención de bioproductos a partir de residuos orgánicos
(concepto de biorefinería). Uno de los procesos más prometedores de conversión es la fermentación en estado sólido (SSF, Solid-State Fermentation). El siguiente artículo repasa las ventajas y limitaciones que presenta la SSF en la actualidad.
En los últimos años la proliferación de instalaciones de gestión de residuos sólidos urbanos mediante compostaje, digestión anaerobia o la combinación de ambas tecnologías, ha aumentado exponencialmente en la mayoría de países desarrollados o en vías de desarrollo como las principales etapas para el tratamiento de residuos orgánicos. Hasta hace relativamente pocos años estos países basaban la gestión de residuos en vertederos controlados o incontrolados como escenario principal.
Todas estas instalaciones (a menudo denominadas plantas de tratamiento mecánico-biológico o MBT) incorporan algún pretratamiento mecánico para obtener diferentes fracciones de materiales reciclables. Entre estas se incluyen materiales principalmente orgánicos, que se tratan posteriormente utilizando una -o más de una- tecnología biológica. El material resultante es, en principio, un material orgánico estabilizado que tiene una amplia variedad de usos dependiendo de su calidad (por ejemplo, agrícola u hortícola, restauración de canteras, etc.). Las características del producto también varían dependiendo de su origen: el compost (procedente de la fracción orgánica separada en origen de los residuos sólidos urbanos), material bioestabilizado (de los residuos sólidos urbanos recogidos en masa sin separación en origen) o digestato (de ambas procedencias).