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SIGAUS comenzó su actividad en 2007 a raíz de una normativa que regula la gestión de los aceites industriales usados. Desde entonces, ha recuperado más de un millón de toneladas de este residuo, regenerando más de la mitad y valorizando el resto del aceite industrial usado, con un importante beneficio ambiental, estimado, entre otros datos, en el ahorro de más de dos millones de toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera.
¿Puede explicarnos brevemente qué es SIGAUS?
SIGAUS es un sistema integrado de gestión (SIG) cuya misión es garantizar una correcta recogida y tratamiento del aceite industrial usado que se genera en toda España. Este servicio global a la sociedad, como sucede con otros residuos, es consecuencia de una normativa (Real Decreto 679/2006) que obliga a los fabricantes e importadores a hacerse cargo de un residuo altamente contaminante para el medio ambiente. Actualmente, esta Entidad, que es una organización sin ánimo de lucro, representa el 90% del mercado de los lubricantes en España, cuenta con el respaldo de todas las Comunidades y Ciudades Autónomas y dispone de una completa y eficaz red de gestión para ofrecer una adecuada gestión, universal y gratuita, del aceite industrial usado.
¿Cuál es el trabajo que desarrolla SIGAUS en el ámbito de los aceites industriales usados?
Nuestro trabajo se vertebra en un marcado compromiso con la protección del medio ambiente, puesto que estamos ante un residuo con un elevado potencial contaminante; en alcanzar una eficacia completa en los procesos de financiación, gestión física del residuo e información; y en el cumplimiento de los objetivos ecológicos que establece la normativa, fomentando, asimismo, entre nuestras empresas asociadas, la recuperación, regeneración y prevención de este residuo. Además, desde SIGAUS se informa puntualmente a las Administraciones Públicas sobre todo este proceso de gestión y tratamiento, cumpliendo con nuestro compromiso de transparencia y colaboración con todos los actores. Y ello sin olvidar la importantísima labor de sensibilización, tanto hacia las empresas involucradas en la cadena de gestión, como a la ciudadanía en general.
¿Qué significa para SIGAUS el Real Decreto 679/2006 que regula la gestión de los aceites industriales usados?
SIGAUS nació a raíz de esta normativa, que impuso el principio de responsabilidad del productor en el sector de los aceites industriales, que se usan mayoritariamente en la industria, en la maquinaria, y en el sector de la automoción. Este principio se traduce en que se obliga a los fabricantes e importadores de aceites a garantizar, y financiar (abonándonos 0,06 por cada kg de aceite comercializado), un correcto tratamiento de sus productos cuando se conviertan en residuos. Con esa aportación SIGAUS compensa la recogida y tratamiento del residuo, impulsando que la gestión se produzca en todo caso, independientemente de la rentabilidad económica que la operación tenga para la empresa gestora que la realiza.
Un modelo eficaz y solidario, aplicado con éxito y que nos ha permitido cumplir año tras año los objetivos ecológicos legales, recuperando más del 95% de los aceites industriales usados, valorizando el 100% de los mismos y destinando a regeneración más de un 65% del total de aceite industrial usado regenerable, con el consiguiente beneficio económico en el uso de materias primas y ambiental al prevenir el impacto de este residuo en nuestro entorno.
¿Qué tipo de empresas forman parte de SIGAUS?
Toda empresa que venda en España aceite lubricante o componentes que lo contengan, ya sea fabricante directo o importador, puede adherirse a SIGAUS para cumplir la ley. Actualmente, SIGAUS cuenta con más de 180 empresas adheridas, que representan el 90% del mercado español de aceites industriales, estando presentes en múltiples sectores económicos de este país. Una gran mayoría de las empresas son proveedores del sector industrial, donde hay un importante uso de maquinaria y lubricación, y de la automoción. Pero también contamos con compañías cuyo negocio principal es la distribución alimentaria, la energía, la aeronáutica, la importación en sí misma, o el comercio electrónico. Un respaldo mayoritario y heterogéneo, que nos convierte en la auténtica referencia para la gestión del aceite usado.
Precisamente, esta variedad de utilizaciones del aceite es la que nos obliga a disponer de un servicio de recogida muy capilar y disperso geográficamente, capaz de atender la recogida en una gran industria pero también en un taller rural, una cooperativa agraria, un recinto militar, un parque eólico o un punto limpio de una mancomunidad de pequeñas poblaciones. A cualquier punto en el que se genere aceite usado llega SIGAUS para recogerlo y darle un adecuado tratamiento.
¿Nos puede explicar cómo es la cadena de reciclaje del aceite usado?
En primer lugar, uno de los compromisos de SIGAUS es ofrecer un servicio universal y gratuito a todos los productores de aceites industriales usados, independientemente de su ubicación geográfica y de si esa recogida del residuo es o no económicamente rentable. Como he mencionado, los productores pueden ser establecimientos de muy diverso tipo, repartidos no sólo por los núcleos urbanos sino también en el medio rural. A todos sin excepción llega SIGAUS a través de su red de gestores autorizados, que son quienes físicamente recogen el aceite usado.
Una vez recogido, normalmente se traslada a centros de almacenamiento y análisis intermedio, donde se determina su composición y estado. Aunque hay más de un centenar de estas instalaciones en España, debido a la dispersión de los puntos de recogida, en ocasiones el residuo debe trasladarse a más de 100 o incluso 200 km desde el lugar de su generación. Finalmente, el aceite usado recogido se destina a alguna de las dos vías de tratamiento disponibles, regeneración o valorización energética. En ambos casos, se protege el medio ambiente y se ahorra en el uso de materias primas. En 2013, SIGAUS recuperó 126.796 toneladas de aceites industriales usados en 60.000 lugares distintos de 4.500 términos municipales.
¿Qué uso se da posteriormente al aceite usado?
La normativa vigente en España da prioridad a que el aceite industrial usado se destine, al menos en un 65%, a la regeneración. Este proceso consiste en que el residuo sea sometido a un proceso de refino donde se elimine el agua, sedimentos, aditivos y metales pesados para acabar obteniendo una base lubricante con la cual se formulan nuevos lubricantes, que vuelven al mercado con las mismas propiedades que el original. Como opción secundaria, el aceite usado se destina a la valorización, obteniendo un combustible similar al fuel óleo para su uso en centrales térmicas, en cementeras, papeleras u otro tipo de industrias.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta SIGAUS?
Nuestro desafío más importante es enfrentarnos a las consecuencias derivadas de la bajada del precio del barril de petróleo, que ha desencadenado un significativo descenso de las cotizaciones internacionales para la demanda de bases lubricantes y fuel óleos. Esto se está traduciendo de forma evidente en una bajada de la demanda del aceite regenerado o el fuel BIA (bajo índice de azufre), que son los productos finales obtenidos del tratamiento de los aceites usados recuperados.
La derivada de ello es que, por un lado, se puede poner en riesgo la disponibilidad y buen funcionamiento de estos tratamientos, si los productos resultantes no son competitivos. Y por otro, si las expectativas económicas de esta industria empeoran, como ya lo están haciendo, puede ponerse en riesgo la recogida de aceite usado que comporte mayores costes, como aquella que tiene lugar en zonas alejadas a grandes núcleos urbanos.
¿Cuáles son los principales problemas detectados en la cadena de reciclaje: fabricantes e importadores, talleres e industria, gestores de aceites usados y consumidores?
Desde SIGAUS estamos trabajando de forma muy activa en detectar aquellas empresas o tipos de actividad que pudieran estar relacionadas con la importación e introducción en el mercado de aceites lubricantes, ya que se trata de un área en la que detectamos un mayor número de agentes que lo hacen sin cumplir la normativa de aceites usados, lo que constituye una cierta “bolsa de fraude” que intentamos combatir.
Otra de nuestras líneas de trabajo se centra en asegurar que continúe funcionando sin alteraciones el servicio universal de recogida de aceites industriales usados, puesto que la nueva situación del mercado del petróleo ya comentada afecta directamente a la viabilidad de las empresas gestoras, que incluso pueden desaparecer o limitar su actividad a los grandes focos de generación del residuo, dejando sin servicio grandes extensiones de territorio donde, aunque de forma dispersa, sí se acumula un volumen importante de residuo.
Por último, desde SIGAUS continuaremos trabajando en concienciar y formar a todos los actores implicados -desde consumidores a empresas asociadas y talleres- en el ciclo de vida del aceite industrial acerca del cumplimiento de la normativa vigente y de las buenas prácticas medioambientales a tener en cuenta en beneficio de nuestro entorno.
Sabemos que el aceite usado es un residuo muy peligroso y altamente contaminante. ¿Hasta qué punto es importante desde el punto de vista medioambiental el trabajo de SIGAUS?
Efectivamente, el aceite industrial usado es un residuo muy peligroso debido a que, durante su utilización, sometido a altas presiones y temperaturas, el aceite lubricante se degrada químicamente, incorporando compuestos de reacción y sustancias tóxicas procedentes de las superficies en fricción. El resultado es un residuo con la posible presencia de azufre, cloro, plomo, zinc y otros metales pesados, muy dañino para el medio ambiente y muy poco biodegradable. Por ejemplo, en el agua, el aceite usado puede permanecer hasta 10 o 15 años sin degradarse.
Si no se realiza una correcta gestión, sus efectos sobre el medio ambiente serían muy perjudiciales. Por ello, la labor que desarrollamos se convierte en esencial para evitar cualquier impacto de este residuo peligroso. Recogemos aceite usado en muchas ubicaciones de gran valor ecológico, desde Parques Nacionales a Reservas de la Biosfera. Desde 2007, SIGAUS ha recuperado más de un millón de toneladas de aceites industriales usados, que, en términos ambientales, suponen la reducción de la emisión de más de 2 millones de toneladas de CO2, equivalentes a lo que absorbe, en un año, un bosque con la mitad de extensión que tiene la Comunidad de Madrid.
Por último, ¿cree que existe un compromiso en firme de las Administraciones para favorecer su trabajo?
SIGAUS, desde su creación, siempre ha mantenido una relación fluida, basada en los principios de transparencia y colaboración, con las Administraciones Públicas, más allá de dar cumplimiento al deber de información acerca de la gestión del aceite industrial que realizamos. Nos hemos sentido siempre respaldados por las autoridades competentes, como lo demuestra la autorización administrativa que tenemos en las 19 Comunidades y Ciudades Autónomas. Otro ejemplo es que la senda marcada por SIGAUS en materia de prevención ha recibido el respaldo implícito del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de su Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014-2020, aprobado hace pocos meses, y en el que encaja perfectamente nuestro Plan Empresarial de Prevención (PEP), que busca reducir al máximo la generación de residuos y fomentar la protección al medio ambiente.