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La biorremediación es todo proceso biotecnológico que emplea las capacidades metabólicas de microorganismos bacterianos, hongos, plantas y/o sus enzimas aisladas, para eliminar contaminantes en suelos y aguas, y volverlos a su condición natural.
Los microorganismos y algunas plantas, pueden biotransformar una gran variedad de compuestos orgánicos contaminantes y tóxicos, hasta hacerlos no dañinos o inocuos. Incluso pueden degradar algunos compuestos orgánicos hasta sus formas más simples, como el metano (CH4) y el dióxido de carbono (CO₂).
Algunos microorganismos y plantas también pueden extraer o inmovilizar en el ambiente (in situ) elementos químicos tóxicos, como los metales pesados. Al inmovilizar la sustancia tóxica en el ambiente, esta deja de estar disponible para los organismos vivos y, por consiguiente, no los afecta.
Por ello, la disminución de la biodisponibilidad de una sustancia tóxica es también una forma de biorremediación, aunque no implique la eliminación de la sustancia del medio.
Un ejemplo de un tratamiento más generalizado es el de la limpieza de derrames de petróleo por medio de la adición de fertilizantes con nitratos o sulfatos para estimular la reproducción de bacterias nativas o exógenas (introducidas) y de esta forma facilitar la descomposición del petróleo crudo. El uso de la biorremediación como estrategia presenta numerosas ventajas respecto a las estrategias de remediación de índole químicas o físicas.
La biorremediación en el desastre ecológico de Aznalcollar
El grupo de investigación de “Genética Molecular Interacción Rhizobium-Leguminosa” de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla lleva trabajando más de diez años en la biorremediación de suelos contaminados con metales pesados de Andalucía. En las inmediaciones del Parque nacional y natural de Doñana tras el desastre ecológico de Aznalcóllar, producido en 1998 por un vertido de residuos tóxicos, han aplicado una nueva tecnología basada en el uso de leguminosas con la que pretenden no sólo eliminar los restos de metales como el cobre o el arsénico, sino también enriquecer sus suelos con nutrientes como el nitrógeno.
Las leguminosas son una familia de plantas que reúne tanto árboles, hierbas y arbustos pero cuya peculiaridad es, por un lado, que tienen la propiedad de fijar nitrógeno gracias a una serie de nódulos que desarrollan cuando una bacteria específica entra en contacto con su raíz, y por otro, que son platas fitoestabilizadoras de metales. De este modo, los expertos señalan que son una especie muy adecuada a la hora de trabajar en la regeneración de medioambientes degradados.